Es perfectamente posible que usted haga su propia contabilidad, sí, pero sólo si sabe exactamente lo que está haciendo. Cuando se trata de contabilidad, necesitarás conocer todas las reglas, plazos y todos los estándares a seguir.

Si tiene dificultades para mantenerse al día con las cuentas financieras de su empresa o desea centrarse más en otros aspectos de su negocio, es posible que desee consultar a un contador para obtener ayuda. Un contador se encargará de todas las tareas contables y le quitará de encima la responsabilidad de los plazos fiscales, liberándole tiempo y energía para que pueda concentrarse en otras partes de su negocio.

Iniciar un nuevo negocio puede ser una tarea monumental. Una nueva empresa implica, junto con un millón de otras tareas, investigación de mercado, elección del nombre de la empresa, diseño de logotipos y tarjetas de presentación, creación de marcas, creación de redes y abastecimiento de productos. Es fácil dejarse llevar por la estética y olvidarse de los números. Un contador puede poner en marcha su negocio, mostrarle los entresijos, liberar su tiempo y evitar errores que podrían ser perjudiciales para una empresa joven.

Los propietarios que estén pensando en expandir sus negocios, ya sea mudarse al extranjero, instalar oficinas más grandes, brindar más servicios o contratar más empleados, deben manejar el proceso de transición con delicadeza. Tomar decisiones equivocadas en esta etapa transitoria podría arruinar todo el negocio. Un contador ayudará a los propietarios a controlar los costos elaborando presupuestos realistas y utilizando evidencia para determinar si los cambios planificados probablemente beneficiarán o no a la empresa.

La contabilidad no es sólo para empresas. Como empleado, es posible que se enfrente a ciertos puntos de su carrera en los que el asesoramiento financiero de un experto podría resultar útil. Por ejemplo, un contador podría ayudar con los impuestos, las pensiones o los cambios de salario y empleo. En la vida cotidiana, surgen situaciones en las que es posible que necesitemos gastar o manejar una suma sustancial de dinero, como casarnos, planear tener hijos, obtener una hipoteca, manejar ahorros, herencias, etc.

Las personas que ganan cantidades sustanciales de dinero pueden beneficiarse de consultar a un contador. Un contador puede ayudar con la distribución, los impuestos, las inversiones, las acciones, etc. Recuerde que sólo tiene que programar una cita breve de vez en cuando: contratar a un contador no es lo mismo que contratar a cualquier contador. Dos horas de consejos en momentos cruciales de su vida podrían marcar una diferencia positiva en sus decisiones de vida.